En el punto de encuentro entre la calma de un jardín de té oriental y la vitalidad de un huerto mediterráneo, donde la hierba fresca se encuentra con el frescor punzante de la menta, nace esta infusión. Es una bebida de un color dorado verdoso, vibrante, que encierra un carácter dual: la energía y la digestión.

Elaborado a partir de hojas de Té Verde, que le dan una base vegetal y una estructura tánica, y se entrelaza con hojas de Menta seleccionadas. Su aroma es un despertar; una nota penetrante, mentolada y fresca que domina la nariz, sobre un fondo más sutil a heno y hierba recién cortada.

En boca es vivo y directo. El frescor de la menta inunda el paladar, mientras que el té verde aporta un cuerpo ligero y una sutil astringencia que limpia la boca. Su final es persistente, limpio y fresco —como una brisa inesperada en un mediodía de verano—.